danza del ser que en su despliegue avanza, incomodidades existenciales de a ratos, requerimientos de estilos que se debaten en sí mismos, somos los que somos, sin maquillaje, esa es la gracia, también podemos jugar a otra cosa y recrearnos, el alma es clara, auténtica y sigue su curso, en esas dimensiones nos encontramos y compartimos,
"ver requiere abrir los ojos, la conciencia espera que nos conozcamos, es paciente e implacable"
Hacer terapia es dejarse llevar por la fuerza de intimar, cualidad artesanal del encuentro terapéutico, intimidades convocadas a profundizar metiéndonos hasta el fondo,
ser terapeuta es penetrar y ser penetrada, es dejar que la vulnerabilidad sea tu maestra y consejera, sin temor, desde la alianza, con aceptación, con libertad,
ser terapeuta es vivir en los bordes entre lo propio y lo ajeno, permitiendo los desbordes acotados... a tiempo de celebrar ese instante perfecto de conexión plena, despojada,
ser terapeuta es embarcarse en un viaje compartido a un mundo que ocurre solo entre cada nosotros que se logra conjugar, hacer terapia es entregarse a una danza de subjetividades ávidas de vida y expansión,
lejos estamos de ser pacientes expectantes que analizan fórmulas, somos activos que pulsan y se derraman en sus búsquedas desbordantes, encuentro de aventureros generosos que invitan a acompañarlos acompañándonos,
y en esa travesía compartimos todo, lo dicho y lo no dicho, lo que se sabe y lo que no, lo que intuimos, lo que trasciende, esa energía que nos envuelve más allá de los roles que habitamos para darnos formas y repartirnos sentidos.
con mucha gratitud siempre a la entrega terapéutica en todas sus formas!!!