
Si se funde una, ¿por qué no han de fundirse todas? Y si todas pueden fundirse, ¿por qué no habría de suceder esto en una sola noche?
Tendremos esa pena. De eso estoy enteramente segura.
Noche a noche, mientras no me gane el sueño, me sentaré a ver las estrellas.
Grabaré en mi memoria el cuadro de esos cuerpos resplandecientes, para que cuando desaparezcan, la imaginación me permita retornarlos a los insondables cielos. Volverán con sus destellos mágicos, y les prestaré el brillo perdido que volverá a verse engrandecido, aumentado por el cristal de mis lágrimas."
"El Diario de Adán y Eva", Mark Twain, de mis libros oraculares.