martes, 13 de septiembre de 2016

lo que no quisiera es quedarme sin plantar un árbol

Me gusta vislumbrar que somos más que intentos,
festín de subjetividades en vías de encuentros y desencuentros,
danzas de almas que juegan... a veces a las escondidas,

lo que nos salva es que las reglas sean claras, honestas y amorosas,
que nos sintamos cómodos en las formas,
más ser y estar brindando lo mejor de cada uno
y menos expectativas de lo que al final qué importa qué sea,

"lo importante no es llegar, lo importante es el camino

yo no busco la verdad sólo se que hay un destino"

Pendulamos...
y en cada nuevo ciclo una posibilidad renovada,

¿somos capaces de reciclarnos a nosotros mismos por el bien de todos y cada uno?, ¿O es solo una ilusión de la emoción?


Últimamente me escucho diciéndoles a mis hijos:
“cuando sean grandes…”, y sí... nos vamos poniendo viejos,

¿viejas brujas sabias?, ¿viejos grandes hombres?,
el destino no da tregua,
lo que no quisiera es quedarme sin plantar un árbol.

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